martes, 28 de diciembre de 2010

La araña



Me dan pánico las arañas. No es que las odie, es que las veo y me dan grima, y si empiezan a moverse me dan miedo. Un minúsculo opilión (esas arañas que tienen el cuerpo muy chiquitito y patas muy largas) si empieza a andar me hace salir pitando y si está cerca de mi, gritar.

Como vivo en el campo, opiliones hay para dar y tomar en todas las habitaciones. Aunque quite las telas y las arañas, vuelven a salir a los pocos dias. A veces hay arañas más grandes con las patas gruesas ufffff. Esas me ponen los pelos de punta. Una vez vi una en la puerta del garage y juro que sus retinas, si es que las arañas tienen retina, reflectaban. Ufffff. Normalmente las mato inmediatamente, o las mando matar, me dan mucha grima como para acercarme a ellas.

Yo sé que está mal matar a un animal de manera discriminada. En el fondo me pesa la conciencia, pero pensar que esa araña se puede acercar a mi... no puedo con eso. He reflexionado mucho sobre ello. Me he puesto en el lugar de una araña, que hubiera una especie grande y poderosa a la cual yo diera grima. Es algo muy injusto, la verdad. La araña me miraba desde la puerta del garage y miraba con más ojos que yo, pero miraba, como yo. Era un ser vivo. Me dio pena cargármela.

Ayer por la mañana me desperté y abrí los ojos. Sobre mi, en el techo, había una araña de las gordas, que con las sombras de la mañana, todavía era más grande. El salto que pegué fue nunca visto en mi, que necesito media hora para levantarme. Encendí la luz y la vi ahí, mirándome, quieta. Solté un grito, paralizada, y mi chico se despertó y se cabreó, claro, no es la primera vez que le molesto por un bicho, para él, insignificante, y me repite: "vives en el campo!!!". Le pedí perdón y me fui a vestir al baño, no podía soportar estar en la habitación con la araña ahí, en cualquier momento igual se soltaba del techo y caía sobre la cama... uffffffffff....

Mátala, le pedí temblorosa. El suspiró y se dispuso a coger una zapatilla para aplastar al arácnido. Pero de repente, le dije, espera, no la mates. Traje un vaso y una tapa que encajaba perfectamente en él y le pedí que la metiera ahí dentro. Seguro? dijo. Al momento me tendió la araña metida en el vaso. Con los pelos de punta, toqué el vaso y lo así con mis manos. Todo mi cuerpo se estremeció de repulsión. Fui hacia la luz y observé. La araña estaba explorando las paredes del vaso. Me aseguré de que la tapa estaba bien encajada. Sacudí el vaso para moverla y poder verla mejor. Así estuve buena parte de la mañana. Tuve visita y ahí estaba la araña, como si fuera una mascota más, dentro de su vaso.

Después de la visita, era la hora de comer y me pregunté si la araña igual quería comer algo. Casualmente unos dias antes había tenido una plaga de moscas bien grandes. En invierno los insectos que no están muertos, entran en casa, si pueden. El caso es que había moscas en casa y eso era bueno para mi araña. Como había muchas muertas, casi no había vivas, pillé un cadaver que había en el hueco de una ventana y abrí rápidamente el vaso para darle a la araña un banquete. La araña se acercó a la mosca y abrió los colmillos, arrancó la parte de atrás del culo de la mosca y no hizo más. Vamos, que no le gustó. Pillé un moscón vivo, lo metí en el vaso. La araña no hizo nada. La dejé en una estantería y unas horas más tarde vi que tenía la mosca, o más bien un gurruño que nadie podría identificar como un moscón, en sus colmillos. La había absorbido hasta el alma.



Me acordé de que tenía un mini-terrario de plástico que me habia servido hace años para transportar mis mascotas roedoras. Me aseguré de que la araña no podía salir de ahí y abrí el vaso y volcándolo, la metí dentro, cerrando inmediatamente. Antes de ir a dormir metí otro moscón fresco.

Al dia siguiente me levanté y me fui corriendo a ver a mi araña, que se había desayunado al moscón. Y busqué otro. No lo encontré. Oficialmente se había acabado la plaga de moscones. Me pareció una putada, tendría que soltar a la araña. Vi que ésta estaba un poco harta, pues moviendo el terrario se puso en posición de ataque, con las patas delanteras levantadas y los colmillos abiertos. Menos mal que nos separaba el plástico del terrario.

Cuando la vi más calmada, la solté en el jardín y estoy muy orgullosa de haberme acercado tanto a ella, libre, como para poder hacer fotos como la que veis arriba (un poco desenfocada, pero me gusta).

4 comentarios:

  1. La araña parda es la que estaba en tu casa? normal que te asustaras entonces!peazo arácnido! muy bonito si, pero tiene también buenos bíceps...
    muy bonita historia, yo ya pensé que ibas a acabar criando arañas

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  2. la araña de la foto es la que estaba en casa.... si que acojona, la foto está hecha desde muy cerca. Pero ni de coña criaría arañas uffffffffff

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  3. Fíjate que a mí me pasa lo mismo con las arañas...y vivo en un sitio donde abundan las arañas lobo....así que imagínate, que también soy bióloga y me dan miedo estos bichos!!

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  4. Chocolatearte, y no te pasa que mucha gente te dice "pues vaya Bióloga"? A mi me lo dicen mucho pero eso es como al que es fisico nuclear y dice que le da miedo una detonacion radioactiva... A que eso se comprende mejor? Si, si... Es una fobia como cualquier otra... ;)

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